Día Mundial del ACV: La red de asistencia provincial brinda contención a los pacientes
El 29 de octubre es el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), una oportunidad para informar y concientizar acerca de esta afección.
Reconocer un ACV en el momento que ocurre es fundamental para poder acudir de inmediato a un centro médico, donde la persona pueda recibir el tratamiento adecuado a tiempo.
Walter tiene 50 años y tuvo un ACV en diciembre de 2023. Se encontraba trabajando, sintió un hormigueo y siguió con su rutina. Sin embargo, la situación volvió a repetirse, pero con mayor intensidad.
“Al día siguiente estaba en el supermercado eran las diez de la noche, y me volvió a dar el hormigueo, pero mucho más intenso, perdí la fuerza y me caí. Me llevaron al hospital y los doctores me decían que mueva la pierna, el brazo y era imposible, estaban muertos”, recordó.
A su ingreso a la guardia del Nuevo San Roque, el paciente fue contenido por una estructura capacitada para identificar rápidamente los síntomas de ACV.
Con herramientas de alta complejidad como un tomógrafo para confirmar el diagnóstico temprano y un medicamento trombolítico -medicación específica cuando el paciente llega con indicios de la patología para disminuir la mortalidad y la discapacidad-, Walter tuvo un diagnóstico de manera temprana y oportuna.
Cabe destacar que el sistema público de salud de la provincia de Córdoba cuenta con una red de accidentes cerebrovasculares, tanto en los hospitales de la capital como en el interior, que están capacitados para realizar un diagnóstico preciso, un tratamiento oportuno y un seguimiento posterior de la persona.
Al respecto, Pamela Dorrego, del Servicio de Neurología del Hospital San Roque, resaltó: “Es importante conocer los síntomas y ante la presencia de alguno acudir rápidamente a una guardia porque es una patología de tiempo dependiente. Por cada minuto que pasa se mueren alrededor de 20 millones de neuronas que equivalen a 3 años de vida”.
“Esta patología es una de las primeras causas de muerte y de discapacidad en Argentina y el mundo, y si bien afecta mayormente al adulto mayor, cada vez se presenta más en personas jóvenes”, explicó la profesional.
Hoy, casi un año después del ACV, Walter ha recuperado una parte significativa de su movilidad, con el acompañamiento profesional interdisciplinario del Nuevo Hospital San Roque.
Durante su rehabilitación, Walter sigue acompañado con un equipo multidisciplinaria que comprende: nutricion, clinica medica, fonoaudiologia, kinesiologia, neurología, psicología, cardiología y terapia intensiva para evitar en la etapa aguda complicaciones que aumentan su mortalidad pero también detectando factores de riesgo etiología y sobre todo evitar el riesgo de recurrencia.
“Ahora puedo mover el brazo y la pierna. Cuando empecé a trabajar con la fisioterapeuta, me esforzaba por hacer los ejercicios que me pedía y más. Me decía que haga 20 y 40”, sostuvo Walter.
Dentro esta etapa de su vida, Walter refecciona que “no fui al médico porque tenía que cumplir obligaciones, de haber ido a tiempo esto lo podría haber evitado”. Tomando en cuenta lo importante que es la prevención y atención temprana ante síntomas.
Red de accidentes cerebrovasculares
La red de ACV implica una estructura de atención y coordinación médica diseñada para mejorar la respuesta y el tratamiento de los pacientes que sufren un accidente cerebrovascular.
La red implica la colaboración entre hospitales, servicios de emergencia y especialistas en neurología, y está enfocada en reducir el tiempo de diagnóstico y tratamiento para mejorar los resultados de los pacientes.
Los ejes de la red de ACV incluyen:
Acceso a tratamientos avanzados:
Las redes de ACV incluyen centros de atención especializados con capacidad para realizar tratamientos avanzados, como la trombólisis intravenosa y la trombectomía mecánica, que son efectivos solo en las primeras horas después del ACV.
Estandarización de protocolos:
Permite aplicar protocolos basados en las mejores prácticas y guías internacionales, lo cual estandariza la atención y reduce la variabilidad en los tratamientos.
Formación y entrenamiento constante:
La red también suele incluir un componente de educación para profesionales de salud, actualizándolos sobre los mejores métodos de atención para pacientes con ACV y garantizando que estén preparados para actuar de manera rápida y efectiva.
Monitoreo y mejora continua:
Se realiza un seguimiento de los resultados de los pacientes y del desempeño del sistema, para ajustar y mejorar continuamente los procesos y reducir la mortalidad y las secuelas de los ACV.
En general, una red de ACV mejora la probabilidad de supervivencia y la calidad de vida de los pacientes al minimizar el daño cerebral, reducir las complicaciones y favorecer una recuperación más rápida.
Los nosocomios de referencia para atender este tipo de diagnostico son el Nuevo San ROque, Hospital Córdoba.
Sobre el Accidente Cerebrovascular
Un ACV se produce cuando el flujo sanguíneo a una parte del cerebro se interrumpe, lo que provoca daños en las células cerebrales.
Si se obstruye una arteria cerebral se denomina “isquémico”. En cambio, cuando se rompe una arteria cerebral y se forma un hematoma en el tejido, es un ACV hemorrágico. Cualquiera sea su tipo, debe tratarse de inmediato.
Algunos de los síntomas que una persona puede presentar son asimetría facial, dificultad para hablar, debilidad en una parte del cuerpo – brazo o pierna –, falta de coordinación, alteración sensitiva, dolor de cabeza intenso, vértigo, mareos, problemas para hablar y entender, y para ver con uno o ambos ojos.
En este sentido, si la persona es tratada a tiempo se pueden reducir los daños y favorecer la rehabilitación.
¿Cómo prevenir una ACV?
Las enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión, el sobrepeso, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, entre otros, pueden desencadenar un ACV. Por eso, para prevenirlo es fundamental sostener hábitos saludables.
Es importante llevar una alimentación equilibrada que incluya frutas y verduras a diario, y la reducción del consumo de sal, reduce el riesgo de hipertensión o colesterol, que son dos factores de riesgo importantes para los ACV.
Además, es clave realizar actividad física de manera regular, evitar el consumo de tabaco y reducir el de alcohol.
Estos hábitos saludables contribuyen a un estilo de vida con niveles tolerables de estrés, otro factor que influye también en el desencadenamiento de accidentes cerebro vasculares.
Asimismo, es fundamental realizarse controles médicos anuales para descartar cualquier indicador de riesgo.
Comentarios (0)
Comentarios de Facebook (0)