Dengue, vacunas y enfermedades prevenibles: un llamado urgente a sostener la prevención todo el año

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En diálogo con la radio, el Dr. Atienza, magíster en Salud Pública, brindó un panorama detallado sobre la situación del dengue y otras enfermedades infecciosas en Argentina, haciendo hincapié en la importancia de sostener las estrategias de prevención durante todo el año, más allá de los picos estacionales.

Respecto al dengue, señaló que si bien actualmente los contagios muestran una tendencia a la baja, en lo que va de la temporada se notificaron más de 50.000 casos oficiales, y se estima que los reales podrían superar los 150.000 o incluso 200.000. En comparación, el año pasado se registraron 800.000 casos, el mayor brote en la historia reciente del país.

Uno de los factores que agravó la situación fue la falta de vacunas disponibles, lo que impidió que muchas personas pudieran completar el esquema: varios solo accedieron a una dosis. A pesar de eso, Atienza remarcó que la vacuna demostró eficacia en reducir los casos graves, incluso con una sola aplicación.

Además, alertó sobre la reaparición de enfermedades prevenibles por vacunación, producto de la falta de cobertura del calendario obligatorio. Según el especialista, la mitad de los niños en Argentina no cuenta con el calendario de vacunas completo, lo que está generando brotes de sarampión, particularmente preocupantes, ya que esta enfermedad puede ser letal: “La mitad de los niños podría morir si contraen sarampión y no están vacunados”, advirtió.

También se detectó un preocupante aumento del 444% en los casos de hepatitis A y nuevos brotes de paperas, todos registrados en personas no vacunadas. Entre las vacunas más ausentes se encuentran las del ingreso escolar, como la triple viral, fundamentales para prevenir este tipo de enfermedades.

El Dr. Atienza enfatizó que el dengue y estas patologías no deben ser tratadas solo en el contexto de una emergencia, sino que requieren una respuesta sostenida durante todo el año, con campañas de vacunación, vigilancia epidemiológica, fumigación y educación comunitaria.

Finalmente, estimó que si se sostiene el trabajo preventivo, en 5 a 7 años podríamos volver a una situación controlada, con pocos casos anuales de dengue y otras enfermedades infecciosas. “La prevención es una herramienta poderosa, pero necesita continuidad y compromiso social”, concluyó.